07 febrero 2007

Spiros Focas

Se había sentado al borde mismo de la silla, sobre un muslo y una mano, más propia la pose de un dibujo animado que de uno de mis pacientes. Este era de los de confianza.
- Deje de mordisquear eso. ¿Ha podido ver otra película?
- Lo intenté.
- ¿Pero pudo?
- Rambo II.
- A ver, Jose Luis ¿qué hemos dicho de Rambo II?
- Que...
- Qué.
- Que Rambo…
- Que Rambo II no la puedes ver más veces… porque…
- Porque ya la he visto seiscientas dos veces.
- Bien. ¿Lo ves como lo sabes? ¿Ves como si te pones lo sacas? Venga, dime ¿has podido ver otra película que no sea esa?
Se había cambiado de muslo sobre el que apoyarse y también de mano. Parecía un montón de arena mojada, de esos que hacen los niños “con churritos, papá, mira, dejas caer el agua con la arena y parecen las estalactitas de las cuevas de Canalobre”.
- Ayer vi Rambo III.
- ¡Hombre, Jose Luis!
Era la primera vez en once años que se sonrojaba en la consulta. Algunas veces se había puesto colorado al imaginarse que Anita le miraba. Pero no le ha mirado nunca, más que para cambiarle los pañales; nunca le ha mirado a la cara. Qué más le daría a ella. Estaba todo rojo.
- Eso es muy bueno. ¿Por qué has elegido Rambo III?
- Por Spiros Focas.
- Qué.
- Por Spiros Focas.
- ¿Qué es spiros focas?
- Sale en los títulos de crédito.
- Spiros Focas sale en los títulos de crédito de Rambo III. Es un actor.
- Por Spiros Focas.
- ¿Y cómo sabías que salía Spiros Focas?
- No lo sabía.
- Entonces, Jose Luis, mírame, y deja de mordisquear eso, ¿por qué elegiste ver Rambo III si aún no sabías que salía Spiros Focas?
- Por Spiros Focas.
- ¡Por Spiros Focas! Pero si no la habías visto… ¿Spiros Focas sale en Rambo II? A lo mejor esperabas que Spiros Focas apareciera en Rambo III también ¿es eso?
- ¡No!
- Entonces no podías saber que salía. Jose Luis…
- Ayer vi Rambo III.
- Ya lo sé, y está muy bien, pero por qué. ¡Y no me digas por Spiros focas!
- Por Spiros Focas.
- ¡Por Spiros Focas!
- Por Spiros Focas.
- ¡Por Spiros Focas!
- Por Spiros Focas.
- ¡Por Spiros Focas!
- Por Spiros Foc…
Cómo no se iba a caer de la silla, y contra el pie de la lámpara se abrió la frente como para poder guardarse todo el flequillo. No hizo falta llamar a una enfermera, porque el golpe se tuvo que escuchar por todo el pasillo. Anita fue la que entró. Le miró a la cara horrorizada: la tenía toda roja.

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